ANALISIS DEL LIBRO VIGILAR Y CASTIGAR
Primeramente, Foucault describe
el caso de un hombre acusado de regicidio (pues mató al rey), y parricidio
(pues mató al padre de la patria), cuyo castigo fue la tortura. La misma es
definida con escalofriantes narraciones, para luego ser contrastada con un
reglamento interno, hacia un reformatorio de París, en el cual las tareas eran
estrictamente separadas, en tiempo por el ruido de tambores: un suplicio y un
empleo del tiempo con una distancia de sólo 75 años.
Es cuando se presentan numerosas
transformaciones:
1). La desaparición de los
suplicios: Aquí se hace referencia a los cambios físicos, en los castigos a los cuerpos de los
condenados.
2). Se habla de una
“humanización”: En donde desaparece el
cuerpo como blanco mayor de la represión penal. Foucault suele comparar el
suplicio, con un espectáculo.
3). Expone que a fines del
siglo XVIII y principios del siglo XIX desaparece el espectáculo punitivo, en
donde el castigo, ha cesado poco a poco de ser teatro, y tenderá, pues, a
convertirse en la parte más oculta del proceso penal.
Pero hacia fines del siglo
XVIII un nuevo castigo habría de surgir:
4). Cualquier persona condenada a muerte se le
cortará la cabeza, -“Casi sin tocar el cuerpo, la guillotina suprime la vida,
del mismo modo que la prisión quita la libertad, o una multa descuenta bienes-.”
Y junto a estos cambios en el castigo al cuerpo de los condenados, también hay
cambios en cuanto la exposición de los mismos: el condenado, no tiene ya que
ser visto cuando son conducidos al patíbulo.
Lo que anteriormente explica
Foucault es como, -“desaparece, pues, en los comienzos del siglo XIX, el gran
espectáculo de la pena física; entre los años 1830-48 se consiguió dicha
desaparición de los suplicios.
Este autor, nos muestra como
la pena ha dejado definitivamente de estar centrada en el suplicio, como
técnica de sufrimiento, tomando como objetivo principal la pérdida de un bien o
un derecho. También, asegura que “un castigo como los trabajos forzados o
incluso como la prisión -mera privación de la libertad-, no ha funcionado jamás,
sin cierto suplemento punitivo que concierne realmente al cuerpo mismo: es
justo que un condenado sufra físicamente más que los otros hombres.”
En conclusión, Michel
Foucault alude las numerosas rebeliones de presos, que han tenido lugar en los
últimos años.- “Eran rebeliones contra toda una miseria física, pero también
rebeliones contra las prisiones modelo, contra los tranquilizantes, contra el
aislamiento, contra el servicio médico o educativo, era realmente de los cuerpos y de las cosas materiales, lo que trataban
todos esos movimientos era la creación realmente de una rebelión, al nivel de
los cuerpos, contra el cuerpo mismo de la prisión.
Lo que estaba en juego era
su materialidad, en la medida en que es instrumento y vector de poder; era toda
esa tecnología del poder sobre el cuerpo, que la tecnología del -alma-no
consigue ni enmascarar, ni compensar, por la razón de que no es sino uno de sus
instrumentos.
Asimismo, el autor introduce
su obra en la historia del presente, al estudiar el nacimiento de la prisión,
en el sistema penal francés.
Hoy en día vemos como el
sistema penal en Colombia, tiene tantas vulneraciones de DDHH, que duele ver
tanta lucha en Francia como ejemplo de libertad, y respeto por la vida, aún de los infractores
de la ley, y quienes desde su
problemática luchan por justicia o un poco de respeto de las condiciones
humanas carcelarias.
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